“Se
puede juzgar el corazón de un hombre por la forma como trata a los animales”.
Immanuel
Kant
Sentado en un sofá del salón Estanislao Zuleta del Jardín
Botánico durante la Fiesta del Libro, Gustavo Castro recuerda con nostalgia a
su gato Chigüiro: un gato que su hija rescató de una calle muy transitada de
Bogotá, que tenía la patica quebrada y que de ahí en adelante se convertiría en
el amor de su vida. “Los humanos debemos aprender de los animales el perdón y
el olvido, porque ellos perdonan y olvidan”. Las palabras del escritor revelan
ese corazón fuerte, pero a la vez tan frágil ante el sufrimiento de un animal.
A su lado se encuentra Aníbal Vallejo, hermano del polémico
escritor Fernando Vallejo, quien hace muchos años prefirió el amor de los
animales por encima de la animadversión que muchas personas sienten por él. Sin
embargo, los hermanos Vallejo comparten una característica: ambos son
animalistas, y tras ellos se nombra una lista de personajes famosos cuyo amor
por los animales siempre los destacó: Abraham Lincoln, Albert Einstein, Dalai
Lama, Rabindranath Tagore, Mahatma Gandhi,
Paul McCartney, entre otros.
Tras una breve reseña histórica de cómo Medellín empezó a
poblarse de animales, cuyo comienzo fue con la inmersión de peces en el río
Medellín hasta la construcción del Zoológico Santafé, relatada por el mismo
Aníbal, una niña del público llamada Helen sube a donde los ponentes y cuenta
la historia de su perro Chepe. La inocencia de la niña evoca risas y lágrimas
entre las personas.
Es un sentimiento compartido entre Gustavo y Aníbal el de
que los animales son más humanos que algunos humanos; la anécdota de la perrita
Laika, enviada al espacio en un satélite ruso, ilustra la imagen dolorosa de lo
que él considera uno de los peores crímenes de la historia contra un animal:
“Todo el mundo cree que ella fue una heroína y que simplemente su corazón dejó
de latir, pero nadie sabe el dolor y la angustia que ella pudo sentir durante
las 7 horas en las que viajó por el espacio sin ni siquiera una mirada que la
calmara”.
La frase célebre del gran filósofo y pensador ruso Immanuel
Kant resume lo que se percibe en el corazón del escritor Gustavo Castro Caycedo
cuando habla de su nuevo libro: Historias
humanas de perros y gatos. “Ojalá los humanos tuviéramos la lealtad de los
animales”, es la frase que resume el trabajo arduo y la investigación que
realizó durante tres años para darles vida a las historias que se encuentran en
esta obra llena de bondad y humildad hacia los animales domésticos.