No sé ni por dónde empezar. Por estos días he tenido una
cantidad de cosas que me molestan, pero nada había hecho indignarme tanto como
la propuesta del Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, de prohibir en las
instituciones educativas los reinados infantiles. Hace unos años, cuando el Gobernador
era Alcalde de Medellín, hizo lo mismo con el reinado de belleza de Colombia:
quitó el apoyo de la ciudad a este evento y ya no había candidata patrocinada
por la Alcaldía. En ese momento yo tenía 16 años e, indignada como me siento
hoy nuevamente, le envié una carta abierta al entonces Alcalde expresándole mi
inconformidad de su idea. Mi propuesta era ¿por qué en el siglo XXI, en aras
del progreso y la inclusión sigue existiendo tanta exclusión? El mensaje lo
capté por una valla que estaba ubicada en la vía Las Palmas que decía lo
siguiente: “En Medellín a las mujeres las medimos por su talento”. Mi reacción
fue inmediata: ¿Cómo así entonces está diciendo que las feas son inteligentes y
las bonitas son brutas?, yo misma me respondí y creo que sí, eso fue lo que
quiso decir el Alcalde con esa valla. La propuesta de él, antes y ahora es la
misma: la equidad de la mujer, la protección de las niñas hacia un trastorno
alimenticio, la educación íntegra y sin discriminaciones; sin embargo es una
propuesta llena de prejuicios y orientada hacia el tabú. Para mí no tiene absolutamente nada de malo si una
mujer quiere prepararse para un concurso de belleza, concurso que también se ha
encargado de exaltar a la mujer colombiana como una figura prestigiosa e importante
en el mundo y que, finalmente, viene siendo una elección, así como la que elige
ser deportista, escritora o cantante; y tampoco tiene algo negativo que las
niñas en los colegios, por simple diversión, hagan este tipo de concursos que, contrario a lo que piensa Fajardo, lo que hace es una conexión con su
género y su feminidad. Shakira es un símbolo sexual en el mundo y sin embargo
es a su vez ganadora de cientos de premios por su aporte a la música, la cultura
y las artes. ¿No es eso belleza? ¿Acaso no es ella una mujer integral?
Y ni siquiera tenemos que irnos tan lejos: ¿Qué tal una mujer como Mariana Pajón? Es linda, sencilla, hermosa, femenina y además es campeona olímpica de BMX, un deporte que es en mayoría practicado por hombres. Según lo que propone Sergio Fajardo entonces ella debería ser un niño más por haber convivido y entrenado con hombres toda su vida. Porque el pensamiento de él es así: lineal, como las matemáticas.
Creo que el Gobernador está enviando un mensaje ambigüo que,
para mí, raya con la doble moral de toda su campaña: ¿Cómo pretende que
Antioquia sea la más educada con políticas de exclusión, prejuicios y
prohibiciones? Si hay algo que he aprendido en la academia que, por cierto me
ha enseñado poco, es que la diversidad hace parte de la vida, y que las rejas lo
único que generan es ganas de traspasarlas. ¿Si su propuesta es educar por qué
recurre a algo tan feo y facilista como lo es prohibir? Y ¿por qué cree que un
simple desfile en el colegio va a incurrir tan fuertemente en la parte ética y
profesional de una niña en crecimiento? ¿Por qué, apoyado en sus seguidoras
feministas, no piensa más bien que lo que está haciendo es incentivando el
machismo? No se me haría raro que dentro de poco nos obligue a las mujeres a
usar la burka, a taparnos el pelo o simplemente a salir a la calle porque de
pronto alguna de nosotras causa un accidente de tránsito. Su argumento del
porqué de esta prohibición parece sacado de la Constitución de 1886. Y además
es tan irónico que habla del desarrollo integral como fin de la educación. La
verdad no sé cómo pretende integración con este tipo de políticas: a las edades
de estas niñas, a quiénes está intentando proteger de un mundo que afuera es
peor de exigente y de superficial, todas se sienten bonitas, porque tienen a
una mamá que les recuerda lo hermosas que son todo el tiempo y si esto no pasa,
pues el gobernador debería preocuparse más por las madres que abandonan a sus
hijas o por los padres y familiares que abusan de ellas.
¡Cómo se nota que Fajardo no es mujer! Porque cuando una
mujer se siente linda, se siente la más linda del mundo, sin importar dónde o cómo sea medida.