jueves, 9 de agosto de 2012

Si Petro se la fumó verde, que se la fumen todos entonces



El congreso está de pelo parado por la propuesta del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.  Y no es de extrañarse. La  mayoría de veces que alguien se atreve a pensar en lo imposible siempre es tildado de loco, más aún al Alcalde Petro, quien tiene poca favorabilidad entre los ciudadanos a quienes representa.
Luego de que saliera la iniciativa que, personalmente me parece genial, el procurador Alejandro Ordóñez fue el más alarmado. Dijo que Petro se la había fumado verde y que la intención de estos centros de consumo era incentivarlo. Es una respuesta común como todas las del procurador, quien parece más un payaso de feria que lo que es.  Las palabras salidas de tono y los juicios sin fundamentos son una prueba más del pensamiento ortodoxo  y medieval que aún nos rige.
Es cierto que Colombia no es un país cuya cultura esté completamente preparada para aceptar una inclusión  en el tema de las drogas, pero la propuesta de Gustavo Petro puede comenzar a abrir ese camino, cultural, social y más importante jurídico.
La droga es un gran negocio, pero a la vez es un arma de doble filo. Porque ese mismo negocio está desangrando a nuestro país, mientras en otros lugares del mundo la consumen. El verdadero conflicto está en nuestra sociedad, quien, injustamente sufre las consecuencias del narcotráfico, cuyo único punto final es la legalización.
Si tomamos países como ejemplo nos damos cuenta del inmenso error en el que caen las personas con prejuicios. Es un mito creer que en la actualidad la legalización traería más consumo. Holanda tiene la droga legal, en puntos autorizados, hace muchos años y es el país con menos consumo del mundo. Además, la producción de café en nuestro país es tan alta como la producción de cocaína y el consumo de estos dos no es equivalente.
La gran tarea que tiene Petro no es convencerme a mí o a muchos ciudadanos quienes, como yo, piensan que es una buena iniciativa, sino a todos los congresistas, senadores y al Presidente que ya se le están yendo encima. Sólo se me ocurren dos razones por las cuales esto sucede: tienen miedo de que se les acabe el negocito o tienen miedo de caer en la tentación de entrar allá, porque cuando algo deja de ser tabú ya no importa hacerlo a escondidas.
En fin, me parece lamentable esta doble moral y le respondo al procurador: si la droga incentiva al consumo, entonces ¿por qué  los realities de televisión son legales si incitan a la violencia?

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